El embarazo durante la adolescencia es considerado por la OMS como “un embarazo de riesgo, debido a las repercusiones que tiene sobre la salud de la madre y el producto, además de las secuelas psicosociales, particularmente sobre el proyecto de vida de los/ las jóvenes” 4
De ahí que, el embarazo en la Adolescencia se defina como: “Un embarazo no planeado ni esperado que ocurre en una mujer o en una pareja que está(n) económicamente dependiendo de otros, no tienen una relación estable, usualmente se ven forzados a interrumpir su proceso de desarrollo humano (escolarización, empleo, planes de vida), abandonada(os) por su pareja y/o familia y para el cual no han adquirido una madurez ni física ni psicológica”5
Para Punto D, el embarazo no siempre es un evento feliz como normalmente se valora y mitifica, por ello es importante reconocer cuál es la emoción que suscita en la adolescente un embarazo. Un hijo se debe tener cuando se desea, siendo el deseo un elemento preponderante para la decisión sobre la maternidad o paternidad. De hecho un embarazo puede no ser planeado pero ante la noticia puede aparecer el deseo y en ese caso es un evento feliz y por el contrario, un embarazo puede ser planeado y convertirse en una fuente de inmenso sufrimiento y no deseo por el cambio de las circunstancias (diagnóstico de anomalías fetales, abandono o muerte de la pareja, depresión profunda, etc.).